Editorial 30/11/2012
Casi es preferible tomar prudente distancia de los últimos acontecimientos como forma de tratar de entender qué es lo que sucedió después de conocido el aberrante hecho ocurrido en la madrugada del último sábado.
Hoy parece extraño no observar en el centro de la ciudad media docena de móviles televisivos de medios nacionales o provinciales. Quedan uno o dos de ellos por unas horas. Movileros, cronistas y periodistas que permitieron que, durante 72 horas, las pantallas de los televisores en la Argentina y también las pantallas de las computadoras reprodujeran, investigaciones, aprehensiones, hipótesis, certezas y una gran cantidad de mentiras o inventos. Como es habitual, se manejan cerca de la tragedia, la ahondan, la profundizan, le agregan matices de misterio y horror y le dan el micrófono a quien pareciera ser el que va a develar las mayores certezas.
Así, organizaron la marcha del último martes y, luego, la “frenaron” en la esquina de las avenidas San Martín y Moreno porque la ubicación de sus móviles no permitía desplazamientos de los vecinos congregados. Así, algunos movileros, organizaron el corte de la ruta nacional 205 y sus colectoras. Les faltó encender las cubiertas pero, claramente, instigaron a un acto delictivo como lo es el corte de una ruta. Luego, se instalaron frente a la Comisaría o la Fiscalía, aquí y en Roque Pérez.
La trascendencia mediática contó a favor con la imprudencia del fiscal Alberto Sarramone que, en el mediodía del martes, brindó una conferencia de prensa en la que abundó en contradicciones y hasta hipótesis disparatadas sobre el hecho, caratulándolo como “Violación”, algo que aún no se ha demostrado de manera fehaciente. Y Sarramone explotó en el mediodía de este viernes cuando se mostró más que irascible con la prensa local y nacional. “Me están forzando a renunciar”, expresó. Su enojo es compartido también por autoridades municipales que también están molestas, pero en este caso, con su actuación. A estas horas, su cargo peligra.
El caso Agustina se conoció y hoy, la situación judicial sigue siendo similar a la de 48 horas atrás. Hay un detenido que declaró ante el fiscal Sarramone y permanece en esa condición en tanto su familia proclama la inocencia. La trama parece compleja. El abogado Guillermo Ortiz y la doctora Anabella Cravero al igual que el defensor Oficial de nuestra ciudad, doctor Eduardo Cirille, actúan en la defensa del detenido, Eduardo “Pato” Morales.
La salud de Agustina, lo que más importa, preocupa y se aguarda su favorable evolución.
La excesiva exposición mediática de su madre Dina Acevedo tampoco coadyuvó, en principio, a la tranquilidad aunque fuera entendible en un momento de crisis y angustia.
De manera innecesaria se exigió la presencia del Director del Hospital Posadas cuando todos los profesionales convocados trabajaron como lo hacen habitualmente ante casos similares, de mayor o menor complejidad.
La actitud del doctor Walter Fabbi fue prudente y cauta. Nunca habló de que se hubiera producido una violación porque ningún profesional legista se lo confirmó. Ayer expresó que “hay que ser muy cauto con las palabras que se utilizan. Si no se confirma el hecho de violación es por cautela no por ocultamiento; siempre hay que preservar a la menor. Los peritos en ningún momento firman que la paciente fue violada. Se realizaron muchos hisopados pero yo no cuento con ningún protocolo científico que me asegure que existió violación
No obstante eso, ni bien tuvimos contacto con esta paciente la atendimos como si fuera una menor violada. Se hicieron tratamientos de anticoncepción y para las patologías virales; se hizo toda la profilaxis de HIV. En La Plata se descartó una meningitis por la punción lumbar. La infección puede ser genital. Trabajó el servicio de Psicología con la licenciada Arocena y la doctora Estela Gaddi. Hemos estado todo el tiempo siguiendo el tema y acompañando”. Una demostración de equilibrio cuando las presiones y el reparto de culpas, abundan.
Hay quienes repiten que si no se hubieran acercado los medios nacionales el hecho hubiera quedado oculto o sin resolución, como otros. Claro que el caso ha trascendido largamente a Saladillo pero que se conozca en Palermo, Almagro o La Quiaca no lo aclara. Y su resolución está pendiente.
Será importante luego conocer cuántas mentiras dijeron y cuánto inventaron algunos medios. Cuánto azuzaron para llegar a ingresar en una espiral de violencia y hasta enfrentamientos entre vecinos. Hacía más de seis años que no se acercaban a la ciudad, salvo algún comentario de meses atrás por la inundación. El 13 de abril de 2006 estuvieron cuando la cola de un tornado provocó graves daños en nuestro distrito. Ahora volvieron. Por “suerte” para ellos, hubo dos crímenes en Moquehua, partido de Chivilcoy, dieron por muerto a un bebé que estaba vivo en Pilar y habló la fiscal del caso de la periodista y su esposo que secuestraron a una mujer, en Coronel Suárez. Nunca les interesó Agustina sino mantener una pantalla caliente. Por eso pueden titular o escribir cualquier cosa. La imagen que ilustra esta nota es una pequeña muestra. Nada más que eso.
Otro hecho que golpea a Saladillo y sorprende por su magnitud, su gravedad. Nuevamente, la Justicia tiene la palabra. No la Justicia mediática que condena rápidamente y se va. La Justicia.
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