Los compromisos asumidos por los jóvenes fueron resumidos en un comunicado emitido desde la Jefatura de Educación, bajo el título “Declaración Distrital - Parlamento Juvenil 2013”. Algunos puntos de ese documento rezan textualmente como actividades a realizar por los jóvenes estudiantes:
• Generar jornadas distritales con todos los alumnos de todos los colegios y directivos de distintas escuelas secundarias, tratando de compartir inquietudes, destacando las igualdades y dejando de lado las diferencias para disminuir la violencia inter-institucional.
• Reparar los daños que ocasionan los chicos de la escuela, y que ellos mismos sean encargados de reacondicionarlas nuevamente. Concientizarlos destacando el esfuerzo que le cuesta al establecimiento la adquisición de esos elementos. Fomentar el sentido de pertenencia de su propia institución.
• Tratar de evitar y resolver las problemáticas de los egresados para poder concientizarlos desde años anteriores a Sexto. Concientización desde los egresados a los más jóvenes. Incluir a los demás colegios a las fiestas de egresados.

Lo sucedido en la mañana de hoy arroja sobre la mesa una problemática que parece no tener solución. Fueron varias las madres que acompañaron a alumnos de distintos establecimientos educativos por estas fechas. ¿Cuál es su actitud? La respuesta no es sencilla y cada una la tendrá. Al parecer, cuando se escuchan sonar las distintas campanas se produce el juego de culpables o inocentes, de acuerdo a quien se dice que comenzó a hacer girar la rueda de la violencia. Quién atacó o agravió a quién no es un tema menor pero no debe ser el centro del debate. Jóvenes, padres y autoridades se deben hacer cargo, cada uno, de sus responsabilidades a la hora de ocupar el espacio público. Y, claro, de preservarlo, de cuidarlo y de respetar a sus semejantes, a sus vecinos y a sus mismos pares.
Es de una irrespetuosidad e irresponsabilidad absolutas o propia de enajenados, las actitudes de aquellos capaces de arrojar explosivos a un semejante o de arrojarlos en la vía pública, provocando temor y, además, explicarlo como algo gracioso, propio de los adolescentes. Alguien vende estos artículos y alguien los compra. Quienes padecen alguna enfermedad o permanecen internados, los animales y los seres humanos normales están, seguramente agradecidos a quienes en lugar de estar dentro de los establecimientos educativos, permanecen en la calle, arrojando bombas, en muchos casos alcoholizados, en mitad de la mañana del lunes.
Los estudiantes que asumieron el compromiso días atrás también deben hacerse cargo.
La Semana del estudiante se esfuma lentamente para dejar paso a una espiral de violencia que sigue creciendo. Quedará como un recuerdo para muchos. No habrá fogones ni actividades que sirvan para entretener y convivir. La presentación de uniformes de futuros egresados es sólo una excusa, el preludio de una salida a la calle que no se sabe en qué terminará. La “previa” es todo. Es la “previa” de la nada. Porque después de la “previa” no hay nada. ¿O sí, hay algo?. Alguien lo podrá explicar…
Antes, la palabra “previa” significaba “antes de”…
Antes de la muerte de algún otro joven, puede ser…