Editorial 01/11/2012
Tapa de varios medios nacionales lo sucedido anoche en la Cámara de Diputados de la Nación. La intervención del diputado Andrés “Cuervo” Larroque, máximo dirigente de La Cámpora, expresándose con durÃsimos términos hacia la oposición, provocó la salida del recinto de todos los bloques contrarios al Frente para la Victoria.
Sus palabras provocaron una onda expansiva que hasta puso en riesgo el quórum de una sesión en la que los bloques opositores no tenÃan una posición común contraria a la ley que permitirá el voto a los jóvenes de 16 años.
"Escuchamos a un diputado socialista decir que no quiere más jóvenes muertos. Bueno, hasta hace unos dÃas tenÃan a cargo de la policÃa al jefe de una banda de narcotraficantes. He leÃdo sobre socialismo utópico, he leÃdo sobre socialismo cientÃfico, he leÃdo sobre el socialismo real, pero nunca escuché en la historia ni en ninguna parte del mundo hablar de narco-socialismo. Es una pena" "Todos opinan en función de lo que dicen las corporaciones, y tengo aquà la tapa del diario ‘ClarÃnÂ’ del 2 de septiembre, donde dice: "Voto a los 16, un mercado de 2 millones de electores". Asà ven las corporaciones a nuestro pueblo: como un mercado. Nosotros los vemos como seres humanos porque son pasibles de derechos" "Ellos (la oposición) son esclavos de las corporaciones. El mejor lugar para los jóvenes es la polÃtica. Néstor Carlos sigue siendo el hombre del futuro. Los quiero mucho".
Las expresiones de Larroque fueron funcionales a los sectores más duros del entramado polÃtico que se opone al Gobierno nacional.
AsÃ, salieron del recinto muchos de quienes aprobarÃan en general el cuerpo de la Ley.
AsÃ, Larroque construyó la tapa del diario ClarÃn de la fecha.
AsÃ, lamentablemente, no se construye polÃtica. Se destruyen argumentaciones. Ningún joven de La Cámpora, a lo largo y a lo ancho del paÃs, podrá sostener las palabras de un desaforado que obró en beneficio de quienes dijo son “las corporaciones”, mostrando una, “acostumbrada” tapa de ClarÃn.
Una votación ganada claramente y una mayorÃa importante para imponer el criterio oficialista, fueron dejadas de lado para provocar una estampida con fuerte rebote mediático.
La actitud del diputado del Frente para la Victoria fue lamentable, mucho más allá de los valederos cuestionamientos que pudieran hacerse al rol opositor en muchas oportunidades.
Es que son válidas las crÃticas a la oposición como al oficialismo.
La actitud de Larroque, entonces, se suma a otras tantas que le producen daño a la gestión del Gobierno nacional.
No es la primera ni la única y, debe pensarse, no será la última.
El desatino de Larroque lo pagan quienes han creÃdo en una propuesta militante, lejos de tantos imbéciles y cobardes que escriben, convocan u opinan sin identificación posible, incapaces de mostrar su rostro.
El desatino de Larroque le hace daño a muchos de los que piensan que la polÃtica es militancia que permite proyección y construcción real de un nuevo espacio.
Sin embargo quien se dice y cree conductor, Larroque, alimenta el 8N (8 de noviembre), al igual que los sectores más reaccionarios de la sociedad.
Casi patética la manÃa de alejar a quienes pudieran integrar un espacio colectivo de discusión y debate.
Patética la forma en la que se trata de ganar adeptos.
Larroque, como tantos otros, no ha aprendido, no lee lo que está sucediendo. ¿Es posible en un dirigente polÃtico formado tamaña estupidez? Porque no es Lilita Carrió o Patricia Bullrich. Pero el favor que les ha hecho es inconmensurable.
En buena hora alguien le informe cómo es esto de la polÃtica.
No es ClarÃn. Es la polÃtica. No es el “narco-socialismo”, es la polÃtica.
Será importante que alguien le aconseje quedarse callado por un tiempo prudencial como se les ha aconsejado a otros dirigentes o funcionarios. Tres años con la boca cerrada no estarÃa mal. Para demostrar que lo que se pretende es sumar y no restar.
Porque cuando la confrontación de ideas se vuelve grito o insulto, la polÃtica queda de lado.
La idea madre es construir, es crecer, es ampliar la base de sustentación de un proyecto.
La idea madre no es hacerle el juego a quienes pretenden demoler lo que se ha construido sin aportar siquiera una idea.
Lo de anoche fue un gravÃsimo “error”. Una groserÃa polÃtica de un “polÃtico” que parece no saber absolutamente nada de lo que está sucediendo.
Le ha hecho un flaco favor, uno más, a su organización militante.
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