Nacionales 24/02/2025
El asteroide "2024 YR4" pasó de "potencialmente peligroso" a "muy interesante"
Luego de semanas de tensión y confusión, las principales agencias espaciales del mundo indicaron que la posibilidad de colisión del asteroide "2024 YR4" con la Tierra se desplomaron. De un considerable 3 por ciento, ahora indican que la chance de chocar es del orden del 0.001 por ciento. Así, el 2032 ya no se vaticinará como "el próximo fin del mundo", ni mucho menos. Si bien dejó de representar un riesgo, el episodio enseña una lección: la relevancia del monitoreo global como defensa frente a amenazas cósmicas.
Diego Bagú, astrónomo y divulgador científico, brinda más detalles a Página 12: "Este asteroide cobró mucha relevancia en la prensa porque cuando hacia fines de diciembre pasado se realizaron los primeros cálculos, la probabilidad de impacto era para destacar. Incluso, llegó al 3 por ciento; comparado con probabilidades anteriores no era menor". Y continúa: "Está ocurriendo lo que nos imaginábamos. A medida que pasan las semanas y se dispone de más observaciones, se precisa su órbita, es decir, su camino alrededor del Sol. Calculada a partir de 424 observaciones, lo cierto es que la probabilidad se volvió muy pequeña. No hay amenaza alguna".
Específicamente, mientras que la Agencia Espacial Europea ahora indica un 0.0016 por ciento de probabilidades de colisión con la Tierra, para la NASA es de 0.0050 por ciento. Una disminución considerable si se tiene en cuenta que a comienzos de 2025 era de 1.2 por ciento y que, al transcurrir los días --como apunta Bagú-- había escalado hasta el 3 por ciento.
Básicamente, conforme pasa el tiempo, las imágenes que entregan los telescopios se vuelven más precisas y las estimaciones de colisión con la Tierra se ajustan. Aunque se creía que no estaba en peligro toda la humanidad, sí tenía el potencial de barrer con una ciudad entera. Ahora bien, qué ciudad, cuántos habitantes estaban en peligro y otros tantos interrogantes más, no se tenían en claro. ¡Pero qué espectaculares sonaban las hipótesis!
Vigilancia continua
Más allá de que la situación se calmó, telescopios poderosos como el James Webb seguirán de cerca el derrotero del asteroide, para estudiar su curso y eventualmente conocer más al respecto. Por ejemplo, poder definir con mayor precisión su tamaño real (se proyecta entre 40 y 90 metros de diámetro), su composición (se cree que podría ser rocas y metales) y la contundencia del impacto, aspecto que en última instancia también hubiera dependido del ángulo de ingreso a la atmósfera terrestre.
"Es importante monitorearlos por una cuestión básica. El hecho de que existan millones de distintos tamaños (de un granito de arena a centenares de kilómetros) hace que no estemos exentos de un impacto en algún momento. El consenso científico indica que no hay que preguntarse si en algún momento vamos a recibir un impacto importante, sino cuándo lo vamos a hacer", sostiene Bagú. Luego observa: "Por tanto, es fundamental rastrear los ya descubiertos, así como también identificar la enorme cantidad que nos queda por descubrir".
2024 YR4 fue descubierto en diciembre de 2024, al ser identificado en su paso por la Tierra. La comunidad astronómica estimó que se mantendrá observable hasta abril de este año y luego volverá a estar a la vista en junio de 2028. Con estos resultados nuevos, sin embargo, el riesgo de que el asteroide ingrese a la atmósfera e impacte contra los y las terrícolas es de cero en la Escala de Turín --parámetro que calcula la peligrosidad de los cuerpos que amenazan la salud del planeta--.
Naves que sirven de escudo
Cada vez que comienza a circular la noticia de un nuevo asteroide cercano, las alarmas se disparan. El temor a que un objeto contundente desde el exterior golpee a la Tierra y ponga a temblar al mundo es bien fundamentado. Recuerda a los humanos que la situación del planeta es mucho más frágil de lo que se cree. En realidad, el riesgo en el universo es constante, solo que a medida que avanza la ciencia y se crean nuevas tecnologías es posible identificar los problemas de forma más ajustada.
De hecho, de manera reciente, un equipo de investigadores de la Universidad de Western Ontario (Canadá) comunicó que Alpha Centauri "podría haber enviado" material desconocido en dirección a la Tierra. En concreto, expulsa material al universo gracias a las interacciones gravitacionales entre sus estrellas Alpha Centauri A, B y Próxima Centauri, y sus planetas. El intercambio es tan masivo que las rocas podrían dirigirse hacia la Tierra.
Más allá de estas proyecciones, de lo único que se puede comunicar certezas es del pasado. El antecedente inmediato de mayor peligro para la Tierra había sido el Apofis, asteroide de un diámetro de 375 metros, que en 2004 había alcanzado una probabilidad de chocar con la Tierra de 2.7 por ciento. Probabilidad que, desde luego, también se deshilachó cuando se acumularon las observaciones.
En 2022, una nave de la NASA bautizada Dart fue utilizada para desviar el asteroide Dimorfo. Aunque no era potencialmente peligroso para la humanidad, Estados Unidos entrenaba la herramienta que permitía resolver un problema que podrá aparecer más adelante. Buscaba, en criollo, redireccionar el objeto, cambiar la órbita y despejar cualquier riesgo posible. Un ensayo para que todo funcione bien cuando un cuerpo rocoso realmente desafíe a la Tierra.
Copyright © 2015 | La Síntesis - El primer diario digital de Saladillo