Locales 13/04/2021
Opinión
La finalidad de la enseñanza de la literatura en la escuela es la formación del buen gusto por las obras literarias. Ello supone por lo tanto su lectura. El problema está en determinar qué obras deben leer los alumnos y aquí prevalece tener en cuenta el grado de desarrollo mental del alumnado.
Mi opinión es que la literatura que deben leer los niños y los jóvenes sólo ha de tener una condición: que sea buena literatura, es decir, que reúna las condi- ciones de belleza necesaria.
Se ha estudiado la evolución de la literatura tratando de determinar la que corresponde a cada edad. Hay que tener en cuenta que las primeras impresiones literarias de los niños proceden de los relatos orales, de los cuentos que las madres narran a sus hijos. De esta manera se han transmitido muchas de las leyendas y mitos, que después se han tomado en forma literaria. Aparte de esta tradición oral, la sucesión de la literatura infantil más conveniente parece ser el siguiente:
1) Los cuentos de hadas y de maravillas basados generalmente en tradiciones milenarias.
2) Las fábulas, en las que predominan representaciones de animales o cosas, las cuales dejan alguna enseñanza.
3) Los libros de aventuras. Estas obras pueden emplearse en la segunda infancia.
4) Los libros de tipo literario-científico, que pertenecen más bien a la pre adolescencia.
5) Las obras de tipo romántico, con mezcla amorosa, pero con fondo de aventura, que corresponde a la adolescencia.
6) Los libros de viajes y exploraciones.
Además de estas obras hay muchas más que tienen interés para los niños y jóvenes que son de carácter poético.
Un aspecto interesante de las lecturas de los niños es el de si éstos deben leer las grandes obras clásicas o extractos de ellas. Para el niño en edad escolar aquellas no pueden ser leídas en su totalidad, pues no resistirían su lectura, como no la resisten muchos adultos.
Aquí se deben hacer narraciones de ellas para los niños pequeños, y los extractos son para los mayores. El objetivo de unas y otras es despertar el interés de esas obras a fin de que sean leídas en forma íntegra cuando lleguen a la edad adulta.
Lo mencionado es la parte receptiva de la literatura infantil, pero ésta también tiene su parte activa, creadora. Aquí hay que mencionar las composiciones literarias libres de los alumnos que pueden dar lugar a antologías literarias para uso de los mismos niños. Éstos tienen la necesidad de contar, de narrar sus impresiones y experiencias oralmente o por escrito; es una forma de expresión que debe cultivarse. Otra forma activa y creadora, es la publicación del periódico escolar en el que se deben recoger las composiciones literarias de los alumnos.
Finalmente quedan los títeres y el teatro infantil, la representación dramática por los propios niños de escenas interesantes que hayan creado o leído.
Toda escuela debe tener una buena biblioteca con numerosas obras para que puedan ser leídas también en la casa. Es muy conveniente la organización de concursos literarios leídos y de la exposición de su contenido.
También es muy importante frecuentar en lo posible, el trato con los buenos escritores: leer los clásicos y los moder nos con los correspondientes comentarios.
La literatura se enseña y se aprende si se hace gustar y disfrutar.
"EL LIBRO EN SÍ ES UNA COSA ENTRE LAS COSAS, UN OBJETO FÍSICO ENTRE LOS OBJETOS FÍSICOS ES COMO PRONUNCIAR SÉSAMO, EL NOMBRE DE LA CAVERNA DE ORO DE LAS MIL Y UNA NOCHES". Jorge Luis Borges
Profesora Teresa de los Angeles Turrión
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