En una nueva actuación decepcionante a Boca se le escapó el triunfo ante Unión. Ganaba 1 a 0 con un gol de Saracchi en el arranque, pero se refugió en su propia área en la última media hora y permitió que uno de los miles de centros de los santafesinos terminara con un remate de Fragapane y la pelota en la red.

Fernando Gago movió el tablero y metió ocho cambios respecto del equipo que había empatado con Argentinos Juniors. Solo quedaron de aquel encuentro Brey, Di Lollo y Zeballos, quien por otra parte fue reemplazado en el entretiempo.

La apuesta a un nuevo esquema (Di Lollo, Battaglia y Costa atrás; bien abiertos y adelantados Blondel y Saracchi; bien plantados en el eje Belmonte y Alarcón; y con mucha movilidad de Velasco y Merentiel), dio resultados concretos: gol de Saracchi con un zurdazo a los 4 minutos y dominio muy claro en la primera mitad del período inicial. Pero la ilusión de un Boca distinto se fue esfumando con el correr de los minutos. Un poco por el calor (30 grados), otro por sus propios temores, Boca fue cediendo la iniciativa. Aguantó en el fondo sin problemas en lo que faltaba del primer período, pero en el segundo con los cambios (que fueron mucho más productivos para el local) la pelota empezó a circular más cerca de Brey que de Cardozo.

En ese marco, con el contrataque como única aspiración ofensiva, Boca tuvo el segundo tras un gran pase de Palacios (reemplazante de Velasco) para Zenón (que había sustituido a Zeballos). Parecía gol cantado porque tenía la chance de habilitar a Giménez (que había entrado por Merentiel) pero el disparo de Zenón terminó en el cuerpo de Cardozo.

Cada vez más encajonado, a Boca le costaba salir prolijamente del fondo por la imprecisión en toques cortos sumada a la presión de los locales y el partido se iba de largo entre la inercia de Boca y la falta de ideas de los santafesinos, pero en uno de sus tiros de esquina (fueron 8 contra 2 de Boca) peinó la pelota Colazo y Fragapane, descuidado, clavó el remate desde cerca en el primer palo de Brey.

La actitud asumida por el equipo boquense en la segunda mitad ante un rival en teoría muy inferior lavó bastante las buenas intenciones de Velasco, las llegadas de los laterales y la firmeza de los tres del fondo en esa primera media hora.

Habrá que barajar de nuevo cuando Boca se enfrente el próximo domingo a Huracán, en un partido en el que seguramente presentará muchos cambios buscando una línea y una identidad que sólo apareció en cuentagotas en Santa Fe. El modesto Unión celebró como una victoria el empate agónico. No era para menos.