Cuando en abril del 2020, en el amanecer de una pandemia inimaginable, hicimos propio el desafío de mantener vivo el diario La Mañana en papel, un puñado de trabajadores nos transformamos en una Cooperativa convencidos de dar ese paso y de que podíamos hacer frente a lo que se venía.

No fue fácil reconvertirnos a semanario. Pero con el respaldo de los suscriptores, de cada uno de los lectores, y sobre todo de los distintos avisadores que confiaron y aportaron su grano de arena, con enorme esfuerzo logramos mantenernos a flote.

Al tiempo que relanzamos nuestra página web (www.lamanana.com.ar), donde estamos todos los días, conseguimos lo anhelado: seguir publicando un Diario de más de 60 años de trayectoria, lleno de olor a tinta, que en la vorágine tecnológica siga siendo un refugio para mantener escrita la historia de nuestras comunidades.

Pero la Argentina es lo que es. Y los últimos dos años fueron incluso más complejos que los primeros cuando, como una cooperativa, nos lanzamos en pos de mantener el papel.

Como a muchos otros emprendimientos vinculados a la prensa gráfica, la grave situación económica desatada desde la pandemia en adelante -que implicó un exorbitante incremento en el costo de los insumos-, nos castigó con dureza. Batallamos y lo seguiremos haciendo, pero a veces es necesario tomar un respiro.

Hoy, después de atravesar varios meses muy complejos, nos vemos obligados a discontinuar el semanario.

Lo comunicamos apenas un par de horas antes de lo que sería otra salida de la edición papel, como todos los viernes, porque hasta último momento no queríamos dar el brazo a torcer.

Lamentablemente, debemos tomar una decisión no querida, pero que ahora mismo consideramos esencial para intentar rearmarnos y, con suerte y aún más esfuerzo, en poco tiempo tener la posibilidad de volver a estar en la calle, como lo marca nuestra historia.