Locales 04/12/2024
Sabemos que nos va a saber guiar
El fin de semana recibimos la noticia que jamás pensamos que íbamos a recibir y, desde ese momento, quedamos en pausa; porque cuando la vida pega estos golpes tan mezquinos e injustos pareciera que el tiempo se detuviera. Y hoy, con el corazón en pedazos y todos nuestros sentimientos en las manos, nos toca despedir a nuestra adorada entrenadora, Gisela Gauchez.
Para aquellos que no la conocían, Gisela es y fue una gran impulsora del deporte en Saladillo desde hace más de una década. Creo que simplemente pensarla como deportista o entrenadora le quedaría chico: motivó a generaciones enteras de jóvenes a amar este deporte que ella llevaba en la sangre desde pequeña, ayudando a cada chico o chica que asomaba en su espacio a abrazar el patinaje como un primer amor. Un amor que se construía a base de arte, compañerismo, empatía, paciencia y, principalmente, vida. Tal vez por eso nunca pensamos que nos tocaría vivir una situación como esta, porque ella era sinónimo de vida. El 2024 la encontraba transitando uno de sus mejores momentos a nivel personal y a nivel profesional, su grupo de patín había logrado continuidad y un excelente desempeño en la liga de patinaje, su felicidad desbordaba y sus patinadores la seguían incondicionalmente dónde ella propusiera. Porque su entrenamiento consistía en eso: ver a la persona, abrazarla y sacar lo mejor de ella desde el amor más puro. Construyó, con mucho énfasis, un clima de igualdad de oportunidades, tiempos respetados y empatía entre todos sus alumnos. Nadie quedaba afuera, todos estábamos invitados a participar. En un viaje, volviendo de un torneo, en una de esas largas charlas de micro que nos tocaba compartir nos contó: "en un mundo tan hostil, donde la exclusión está tan presente yo quiero que mi equipo sea un remanso y un lugar donde los chicos y las chicas se sientan felices, incluidos, importantes" Vaya que lo logró, era todo eso y mucho más. Ese gimnasio fue el espacio donde todos nuestros jóvenes aprendieron a apoyarse entre ellos, defenderse, alentarse y quererse. Eso jamás se va a perder.
Nos queda, ahora el recuerdo de todo lo vivido junto a ella: los viajes, las emociones, los abrazos antes y luego de salir a la pista, la importancia de apoyarse entre compañeros y compañeras en un deporte que parecía individualista pero que ella supo transformar en un trabajo grupal y de cooperación: si alguien del equipo salía a competir, todos -alumnos y padres- estábamos ahí para apoyar. Lugar donde viajáramos, éramos recibidos con los brazos abiertos porque Gise nos representaba: eso nos infla el pecho de orgullo. Nos quedamos con tantas de sus enseñanzas que no nos alcanza el espacio para enumerarlas.
Donde quiera que esté, sabemos que nos va a saber guiar. Queda en un abrazo eterno junto a su hijito Octavio iluminando nuestro camino y despejando esta tristeza que hoy nos ensombrece la mirada. Abrazamos con todas nuestras fuerzas a su familia para sostenerlos en este momento, deseando con todo nuestro amor que su dolor se vaya haciendo cada vez más chiquito. Nosotros estamos acá para apoyarlos.
El celeste profundo de los ojos de Gise, tan dulce y luminoso, está plasmado en el color de nuestra bandera y en las mallas de nuestros patinadores. Sabemos que en algún tiempo, cuando estas heridas cicatricen, el glitter, las risas, el gel para el pelo, los saltos, la emoción de un podio, nos van a hacer viajar hacia ella. Gisela es y será siempre el equipo PATÍN ARTÍSTICO SALADILLO. Por siempre, como nuestro amor hacia ella. Eterno, para toda la vida.
Patinadores y familias de Patin Artístico Saladillo, 3 de diciembre de 2024
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